Jueves Chill & Wine
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16/04/2024Muchas ganas y tiempo dedicado a una cata que teníamos en mente: cata de vinos envejecidos. Unas de las grandes cuestiones en el mundo del vino es ver hacia donde pueden evolucionar los vinos, que vinos “mejoran” con el tiempo y que podemos llegar a esperar de esos vinos.
La respuesta la tuvimos en una cata donde todos disfrutamos de ver como respondían ala paso del tiempo. Empezamos por un blanco de Sauvignon Blanc del 2010, que estaba fresco y mantenía una acidez que no daba 14 años de evolución, fue la demostración que las variedades blancas tienen más potencial que las tintas y que debemos incrementar la cultura de los blancos de larga guarda.
Después pudimos probar Priorat del 2006 y de 1998. Ferrer Bobet mantenía aun aromas primarios y aunaba aun fuerza de vino joven con evolución de aromas secundarios y aromas de crianza en botella. El Tirant de 1998 había evolucionado hacia aromas más de vino rancio de la zona de Tarragona siendo espectacular su nariz y su boca totalmente diferente a lo que fue en sus primeros años postvendimia y lanzamiento al mercado.
La otra gran zona que pudimos disfrutar fue Rioja, con tres ejemplos muy diferentes entre sí. Ardanza 2005 mantenía una frescura fantástica conjugada con la evolución. Dalmau 20003 era todo volumen, complejidad en boca por múltiples sabores y respondía bien a la evolución. Y Tondonia 2001 era una mezcla de los dos anteriores. Para poder disfrutar aun más de la cata hicimos una comparativa con Tondonia 2010 donde se veía la diferencia de las dos añadas y el gran recorrido que le queda a Tondonia 2010. ¡¡¡Larga vida a los vinos envejecidos!!!